top of page

El Ser Raizal - Daniella Garzón

  • Foto del escritor: Salida de Campo San Andrés
    Salida de Campo San Andrés
  • 10 dic 2018
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 14 ene 2019

San Andrés, territorio colombiano de gran interés turístico, goza de un mar hermoso, un clima deseable para una piel morena, destino para vacaciones, con hoteles lujosos, entre otros, no es más que uno de los tantos paraísos colombianos. Sin embargo, esta foto refleja diferentes comprensiones que permean el escenario isleño del Caribe que no necesariamente se desenvuelven en un contexto pacífico y equitativo. Pues bien, la religión, las palmas, el mar, los nuevos cultivos, el territorio y la vivienda son imagen de las múltiples luchas que han llevado a cabo los raizales sanadresanos. La primera, evidentemente bautista aunque con una presencia católica cada vez más común , se podría constatar por la cantidad de iglesias de esta religión en la isla, entre otras expresiones. Las segundas, además de presentarse (en conjunto) como una frontera en tierra ante el mar, fueron una gran fuente de ingreso económico para los hogares gracias al coco; actualmente este fruto tropical cuenta con restricciones para la venta y el consumo. El tercero, un espacio armonioso y de gran valor para los isleños, incluso considerado para algunos como “el patio de la casa”, después del fallo de La Haya, éste ha sido uno de los principales causantes de los cambios en cuanto a las ocupaciones laborales y, hasta se podría hablar del cambio de roles en el hogar, en la familia. El cuarto, ante el cambio en la dinámica comercial y después de haber dejado huella por la sobrexplotación del suelo con cultivos de palmas de coco por el auge de la venta del mismo, el coco y el algodón por ejemplo fueron poco a poco dejando de lado no sólo su cultivo sino también su masivo consumo. Por tal, actualmente los cultivos más representativos en San Andrés son la yuca, el fruto de pan, la patilla, el plátano, la caña y el mango. Asimismo, pude observar cómo marcas nacionales e internacionales inundan el mercado del vestuario caribeño. El quinto, y el más visible para mí, el abuso externo (por parte de los no raizales) de la propiedad privada (ancestral) de los raizales. En este propósito, la lucha no es visible solamente entre los policías (representantes de autoridad del gobierno colombiano, de “la ley”, en la isla) y los raizales, como lo es la toma de un predio por la construcción del “Elefante Blanco” por ejemplo, sino también entre los raizales y los no raizales como lo ha sido el cambio de las infraestructuras de las casas para servir al comercio, el apoderamiento y expropiación de suelos baldíos por parte de las grandes cadenas hoteleras, entre otros. A su vez, se ha visto la negligencia y falta de cumplimiento de la ley ante estas barbaries.


Por todo lo anterior, los raizales deciden expresarse y hacer respetar sus propiedades por medio de frases como esta: “somos propietarios de este terreno desde 1982 con escritura pública y clara tradición. Somos isleños nativos raizales ancestrales, respetuosos y tolerantes con foráneos y residentes en sana convivencia y paz aquí en nuestro territorio. El Salmo 70 siempre ha sido nuestra fortaleza y permanente profesión. ¡Grande es Dios!”. En suma, ¿podrán los isleños raizales seguir viviendo su día a día bajo estas condiciones nefastas de salubridad, de despojo de sus tierras, de inequidad y falta de oportunidades laborales formales? Pues, aunque “aunque la jaula sea de oro, no significa que el pájaro esté contento” (Domingo, 2018).

Comments


bottom of page